miércoles, 31 de octubre de 2007

Entrega

Fue apagándose la tarde
cómplice necesaria/

sobre el diván tu sombra descansaba/

tu espalda
desnuda blanca etérea

tu mirada
azul sutil inquieta

tu roja boca
de atrevida elocuencia/

cartografía lujuriosa
espacios donde claudico
naufraga mi actuación
me rindo

viernes, 26 de octubre de 2007

Vos y yo

La noche estaba tibia, cómplice.
Vos y yo avanzando por las calles oscuras del barrio. A metros de tu casa, bajo los frondosos paraísos te detuviste, me miraste, algo murmuraste que no llegué a comprender, creí percibir un temblor en tu cuerpo, un brillo distinto en tus ojos y fue permiso.
Tu boca y la mía estrelladas en medio de la noche.
Fue el inicio de algo que luego se repetiría en tu cuarto, con los testigos ciegos de tus muñecos mirando desde las repisas, tus fotos, tus cosas.
Manos ansiosas, bocas ávidas, buscando, descubriendo, repasando cada línea, cada arista, cada curva; el aliento quemando sin quemar, la piel erizada y los deseos expuestos hasta el delirio.
Luego en el colegio, vos y yo, sólo compartiendo, hablando, riendo como otras.
Nada y todo en el secreto compartido.

martes, 23 de octubre de 2007

Limpieza

Vacío los cajones de mi cuerpo
arañando las últimas migajas/

allí te encuentro
entre tarjetas amarillentas/
flores secas/ pañuelos sollozados/

desde la fotografía/
tus ojos me repasan/
tu boca me sonríe/

no me pides perdón/ ni das olvido/
mi sexo abandonado te recuerda/
mensajes invisibles te reclaman/
mientras la limosna de pasión
no llega/

martes, 16 de octubre de 2007

Sueños

I
El sol de otoño
en el domingo agónico
busca sus sombras

II
Onda del mar
amorosa caricia
peina la playa

III
Pasan las horas
y deambulan la noche
sueños perdidos

IV
Buscando señal
indago tu mirada
reveladora

V
Llora ese cielo
alumbran los relámpagos
charcos dormidos

martes, 9 de octubre de 2007

Reto

Te desafío
a cortar la enredadera de mis piernas/
que aferrada a tu cuerpo
se nutre de tu esencia/

a olvidar para siempre
la fragua incandescente
de mi vientre/
donde se funde tu fálico destino/

Te desafío
a borrar de tu boca el sabor de mis pechos/
que amamantan
tu sed incontrolable
de ternura/

a ignorar el sonido agonizante de mi boca/
el auditivo placer del íntimo
gemido/

Te desafío
a limpiar de mi mirada tu memoria/
ninfa opresora
hechicera de místico lenguaje
trasnochada/

a apartarte de mis manos osadas
invasoras/
que en un irremediable
asedio/
recorren los accidentes de tu cuerpo/

Te desafío
simplemente/ a prescindir/ de mí/

miércoles, 3 de octubre de 2007

Eclipse

El eclipse se anunciaba en el aire de la mañana.
Se abrieron las ventanas de su cuerpo empujadas por el viento cálido del verano, y lo vio llegar con su andar lento, seguro, marcando a fuego los caminos que lo llevan a su casa.
Cerró los ojos y su perfume llegó hasta ella, encendiendo cada centímetro de su piel.
Ahora, lo presiente avanzando, mientras inquieta y dócil, tiembla presagiando el encuentro.
Recorre palmo a palmo cada espacio, cada curva, cada escondite de su casa, que es también la de él y ella decide no oponer resistencia a su impetuosa invasión
Nota la fuerza inesperada decidida a arremeter contra todo lo que se rebele inútilmente a su decisión, y luego lo siente subiendo lentamente, escalón por escalón, la blanca y mórbida escalera que lo llevará hacia arriba, hacia la gloria donde ella espera.
El desliza su mano por la barandilla rozando apenas la blandura humedecida, y un palpitar inquieto la sacude involuntariamente.
Todo se convierte en un encuentro concertado, y lo recibe y acompaña en todo el recorrido de sus ávidos sentidos.
No hay freno ni limitaciones a la búsqueda de espacios comunes, y cuando no queda extensión alguna sin descubrir, el eclipse carnal se completa.